Las inversiones en instrumentos de patrimonio y en valores representativos de deuda

Los instrumentos de patrimonio son, fundamentalmente, las acciones (con o sin cotizaciones en un mercado regulado), las participaciones en instituciones de inversión colectiva (fondos de inversión) y las participaciones sociales de las sociedades limitadas. Suelen conocerse como valores de renta variable.
Los valores representativos de deuda son, fundamentalmente, las obligaciones, bonos y otros valores representativos de deuda, tales como los pagarés de empresa.
La materialización de los excedentes de tesorería en estas inversiones debe reunir en algunos casos las tres características (rentabilidad, seguridad, liquidez), pero en otros casos puede que no sea necesaria una liquidez inmediata, puesto que la inversión se hace a largo plazo.
Los instrumentos de patrimonioy los valores representativos de deuda son títulos emitidos por entidades públicas o privadas que, con el fin de obtener recursos financieros para su actividad, los entregan a los inversores a cambio de dinero (normalmente).
Hay cuatrro razones por las que la sociedad decide ir al mercado de valores:

  1. Cartera de renta a corto plazo: La empresa busca una rentabilidad a sus excedentes, invirtiéndolos en aquellos valores que tengan mayor rentabilidad y liquidez, pero no mucho riesgo, y con liquidez inmediata.
  2. Cartera de especulación: Es cuando el objetivo principal de la inversión no está en la renta que devenga, sino en el lucro que puede obtenerse mediante la compra-venta. En este caso, se buscarán los valores que pueden tener mayor fluctuación en las cotizaciones, es decir, se comprarán valores cuando la cotización es alta, para venderlos cuando la cotización sube. Generalmente, se tratará de acciones. Este tipo de inversión supone un gran riesgo, y no es aconsejable si se aplica a los excedentes transitorios de tesorería o al materialización de ahorros empresariales (reservas). Un resultado negativo en la operación especulativa puede suponer la descapitalización de la empresa (salen recursos que no vuelven).
  3. Cartera de control: Suele denominarse, a veces, cartera de influencia. A veces puede interesar a la sociedad adquirir una gran cantidad de acciones de otra sociedad, con la intención de buscar no sólo rentabilidad, sino también ejercer un control sobre dicha sociedad a través del voto que otorgan las acciones, y a través de la posibilidad de pertenecer al consejo de administración de esa sociedad. Lógicamente, esta cartera de control estará constituida por acciones, y su carácter permanente, formará parte del activo no corriente.
  4. Cartera de renta a largo plazo: Al efectuar la aplicación de resultados, las empresas pueden destinar parte de los beneficios a reservas, para poder autofinanciarse en las futuras inversiones. Existen, además de las reservas, otros ahorros provenientes de la contabilización de amortizaciones, provisiones y deterioros (estos dos últimos términos aún no han sido explicados). Todos estos ahorros, hasta que se realiza la inversión deseada, no deben permanecer en cuentas de tesorería, por su falta de rentabilidad, sino que deberían materializarse en inversiones rentables a largo plazo (sin necesidad de liquidez inmediata)

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